CURACIÓN DEL NIÑO/A INTERIOR
Segunda Parte


Curación del Niño Interior - ¿Por qué hacerlo?

“Somos condicionados para ser emocionalmente disfuncionales por nuestros modelos, tanto paternos como sociales. Se nos enseña a reprimir y distorsionar nuestros procesos emocionales. Somos entrenados para ser emocionalmente deshonestos cuando somos niños.

Esta represión y deshonestidad emocional ocasiona que la sociedad sea emocionalmente disfuncional. Adicionalmente, la civilización urbana, ha ignorado completamente las leyes naturales y los ciclos naturales como el proceso de desarrollo humano. No existe una integración en nuestra cultura del proceso natural del desarrollo humano.

Como un solo ejemplo descarado de esto, consideren cómo las llamadas sociedades primitivas o aborígenes reaccionan a la llegada de la pubertad. Cuando una niña comienza a menstruar, se realizan ceremonias para celebrar su paso a la condición de mujer, para honrar su paso hacia su poder, para honrar su regalo milagroso de ser capaz de concebir. Los niños pasan a través de un entrenamiento y de ritos de iniciación para ayudarlos a hacer la transición desde la niñez a la madurez. Observen lo que tenemos en nuestra sociedad: la escuela en la enseñanza, un grupo de chicos inseguros y temerosos que se torturan unos a otros por su confusión y miedo, y se unen en pandillas para tratar de encontrar una identidad.

Esta falta de integración del proceso humano natural de crecimiento causa trauma. En cada etapa del proceso de desarrollo fuimos traumatizados debido a un ambiente emocionalmente represivo y espiritualmente hostil en el que nacimos. Pasamos a la siguiente etapa incompletos y después fuimos vueltos a traumatizar, fuimos heridos otra vez.
A pesar del llamado progreso en nuestras sociedades modernas
, todavía estamos muy atrás en relación a la mayoría de las culturas aborígenes, en términos del respeto por los derechos individuales y la dignidad junto con cierto tipo de equilibrio con el bien del todo. (Estoy hablando aquí de las sociedades tribales aborígenes, no de las urbanizadas). En ningún lugar es esto más evidente en términos de nuestras relaciones con nuestros niños.

Las civilizaciones modernas, tanto orientales como occidentales, no tienen más de una generación o dos fuera de la creencia de que los niños eran una propiedad. Esto, por supuesto, va de la mano con la creencia de que las mujeres eran una propiedad. La idea de que los niños tienen derechos, individualidad, y dignidad, es relativamente nuevo en la sociedad moderna. La creencia predominante y fundamental, como ha sido manifestada en el trato de los niños, ha sido que los niños son extensiones de, y herramientas para ser usadas por, sus padres.

Una idea muy explícita sobre las creencias básicas fundamentales de las actitudes occidentales hacia los niños, la comparte una pionera en el concepto del niño interior, Alice Miller, en su libro El Drama del Niño Dotado. Ella comparte cómo los Filósofos Alemanes del Siglo 19, quienes establecieron los fundamentos para la psicología moderna, enfatizaron en la importancia de acabar con la “exuberancia” de un niño. En otras palabras, el espíritu de un niño debía ser abatido con el fin de controlarlo.

Los niños deben ser vistos pero no escuchados. Evita la vara y malcría al niño.

Es solo en la historia muy reciente, que nuestra sociedad ha reconocido apenas el abuso a un niño como un crimen, en lugar de un derecho inherente del padre. El concepto de una paternidad sana como una habilidad por aprender, es muy nuevo en la sociedad.

Cualquier sociedad que no respeta y honra la dignidad humana individual, será una sociedad que no satisface las necesidades esenciales de sus miembros
. Las sociedades patriarcales, que denigran y degradan a las mujeres y a los niños, son disfuncionales en su esencia.

Formamos nuestras relaciones centrales con nosotros y con la vida, y por supuesto con otras personas, en la niñez temprana, en reacción a los mensajes que obtenemos por la forma como somos tratados y el papel modelo de las otras personas en nuestras vidas. Después no tenemos ningún entrenamiento ni ceremonias de iniciación, no hay un proceso culturalmente aprobado de aflicción, para ayudarnos a dejar ir el viejo paradigma y aprender una relación diferente con nosotros y con la vida. Así, construimos sobre el fundamento que se estableció en la niñez temprana.

Como adultos, reaccionamos a la programación de nuestra niñez. Sostener que nuestras heridas emocionales de la niñez no han afectado nuestras vidas adultas, es ridículo. Pensar que nuestra programación temprana no ha influenciado la forma como hemos vivido, es caer en una negación al extremo.

Debido a que los estándares sociales sobre lo que constituye el éxito son disfuncionales, muchas personas puede ser señaladas como “los que se elevaron sobre” su pasado para ser un éxito. Son esas personas, que son supuestamente exitosas, las que están dirigiendo al mundo. ¿Qué tan buen trabajo creen que están haciendo?

Son nuestros líderes mundiales, reaccionando en base al miedo y la inseguridad de sus niños interiores, y el sistema de creencias disfuncional que soporta la civilización, quienes nos han dado la guerra y la pobreza, billonarios y mendigos
.

Nunca tendremos paz mundial, o una sociedad civilizada basada en el respeto y la dignidad, por no decir el Amor, hasta que podamos sanar nuestra relación con nosotros lo suficiente para aprender a Amar y respetar nuestro ser.

No podemos amar a nuestros vecinos como a nosotros, si seguimos juzgando y comparando a nuestro ser con ellos, con el fin de sentirnos bien sobre nosotros. No podemos tener una sociedad que satisfaga las necesidades emocionales y espirituales esenciales de sus miembros, mientras estemos reaccionando a la vida en alineación con reglas de interacción que aprendimos en la adolescencia.

Todos estamos conectados, no separados. Todos somos valiosos y merecemos ser tratados con dignidad y respeto, en lugar del concepto de valía de las sociedades enfocadas en ganar dinero, pasando sobre y encima de nuestros compañeros humanos, sin hablar de la destrucción del planeta en el que vivimos.

Es a través de sanar nuestras heridas del niño interior, que podemos aprender a respetarnos y a Amarnos, para que sepamos cómo tratar a otros con respeto y Amor. Es a través de sanar a nuestro niño interior, como podemos salvar a nuestro planeta y evolucionar hacia una sociedad que satisface las necesidades esenciales de sus miembros.

La curación del niño interior no es una moda pasajera ni es psicología popular. La curación del niño interior es la única forma para empoderarnos y dejar de vivir la vida en reacción al pasado. Hemos estado ignorando la historia y la hemos estado repitiendo durante siglos. Si vamos a tener una oportunidad para revertir los patrones auto-destructivos de la humanidad, tiene que venir de individuos dispuestos a sanarse. Al sanar las heridas de nuestro niño interior, podemos cambiar al mundo .

¿Estas dispuesto/a a sanar las heridas tu niño interior, aceptas el desafio?

¿Que areas de tu vida no fluyen, el éxito profesional, abundancia económica, las relaciones
con tu familia, la pareja, en que área estas pegado/a ?

¿Te sigues justificando pensando que todo esta bién?
TU DECIDES

un abrazo y mucha luz
Paola

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