La importancia de masturbarte: El autoplacer como forma de emancipación

La principal dificultad de practicar el autoplacer en las mujeres es de tipo cultural “es la idea que tú tienes sobre la masturbación femenina, que no es necesaria (…) Creo que la dificultad es la construcción negativa que se le da a la masturbación femenina como tal”- Laura Leal, Psicóloga y orientadora sexual.
 Jazmín

La primera representación de la masturbación femenina se remonta al año 4 A.C en un templo de la isla Malta. Según un estudio publicado por la revista Fertility and Sterility un 50% de las mujeres se masturban a diario. Sin embargo, en Chile este tema está rodeado de prejuicios morales y sociales, que convierten en tabú la práctica del autoplacer en la mujer.
Cuando se habla de sexualidad femenina, el orgasmo es uno de los puntos que se abordan de manera recurrente. Sin embargo, la complejidad del tan anhelado Big O está estrechamente ligada con el autoconocimiento que la mujer tenga de su cuerpo, de sus gustos y deseos. Esta época se caracteriza por la adquisición de  modelos prefabricados de cómo vivir y debe ser el sexo, pero también se gesta desde los úteros de las mujeres ideas que abogan a la acción de tomar las riendas sobre su propio placer, las que trabajan como un camino hacia la emancipación de prácticas como el ceder la responsabilidad del orgasmo a un otro, generalmente hombre.

Michelle Thomas, directora académica del Centro de Estudios de la sexualidad Chile (CESCH), considera que los silencios y vacíos que rodean la educación sexual en los jóvenes son un factor importante en cómo se desarrolla este proceso relacional en nuestro país.“¿Aprenden cómo?”, se pregunta la experta. En el caso de los hombres, “masturbándose a la rápida en el baño, la mayoría son eyaculadores precoces, entonces llegan a la cama con una mujer y no duran nada, y las mujeres nos quedamos mirando el techo, porque dependemos de ellos y nosotras no sabemos cómo, y esa es la sexualidad de los chilenos”.

La igualdad y libertad femenina conquistada en Chile resuena en ámbitos políticos y económicos, pero dentro del área social, se escucha en eco repetitivo con muchos vacíos, y el autoplacer es uno de ellos, la ignorancia y las cadenas logran su apogeo bajo las sábanas. Bob Marley expresó en un frase célebre que: “nadie más que uno puede liberar su mente de la esclavitud”. Para obtener la emancipación sexual es necesario dar el paso de cortar con ideas prejuiciosas sobre la masturbación y el disfrute del cuerpo, entablar una relación con cada recoveco de los labios, sumergir los dedos en las profundidades y permitir que las fantasías broten como flores en el apogeo de la primavera.
El descubrimiento del placer y sus condicionantes
descarga (1)Cuando empecé a pololear, dejaba que me masturbara mi pareja. A pesar de que disfrutaba de la penetración, me costaba disfrutar la estimulacion del clitoris, me incomodaba, era raro, no me gustaba. En realidad, desconocía la manera en que podía disfrutar de esa zona, ya que nunca me había dedicado a encontrar mi método ¡pues nunca me había tocado a mi misma!”, cuenta Alondra, veinteañera que recientemente descubrió el placer de masturbarse.

Una de las prácticas sexuales que garantiza el placer y el orgasmo en las mujeres es la masturbación.Según asegura el sicólogo Morton Hurt  “con ninguna otra actividad sexual se alcanza un 96% de probabilidades de llegar al clímax”. No obstante, según expone en un artículo el doctor Christian Thomas, director general de CESCH, ” la sexualidad sin duda, es sensible y dependiente de la cultura”. Es decir, su desarrollo está condicionado a una serie de prejuicios y normas sociales, e incluso en la actualidad, según explica el doctor, aún se arrastran mitos y mentiras desde nuestros antepasados españoles, como la exigencia de castidad y pureza en la mujer, involucrándola en roles de pasividad, sumisión, y control de su expresividad sexual, marginando a la “loca” o a la “suelta”.
“Tanto la mujer como los medios de comunicación”, explica el psiquiatra Jesús Ramos en su libro Un encuentro con el placer: La masturbación femenina, mantienen ante la masturbación “una postura cercana al tabú, que dificulta su aceptación social, al contrario de lo que sucede con la masculina, considerada una práctica normal”.
La sicóloga y orientadora sexual Laura Leal, integrante de Triángulo G, explica que la principal dificultad de practicar el autoplacer en las mujeres es de tipo cultural “es la idea que tú tienes sobre la masturbación femenina, que no es necesaria, que si estoy con pareja para que lo necesito. Creo yo que la dificultad es la construcción negativa que se le da a la masturbación femenina como tal”. La experta señala además que muchas mujeres comenzaron a hacerlo de pequeñas, pero que no se acuerdan, porque les dijeron que no se hacía, “nos negaron eso”, asegura.
Orgasmo y masturbación
146fc56bc2544289afea9e1f71ebb552_620x350Biológicamente, el orgasmo es una serie de contracciones musculares involuntarias en la zona pélvica. Sin embargo, este asunto es mucho más que una respuesta del acto sexual, y tanto su ausencia como presencia están vinculados a una serie de factores sicológicos del individuo, condicionado a las dinámicas sociales y culturales, los que se relacionan fundamentalmente con el desarrollo y la aplicación de roles asimétricos de las categorías de género.
De acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud y Vida Social, realizada en Estados Unidos, alrededor del 75% de los hombres alcanza el orgasmo al tener sexo, versus el 29% de las mujeres. Según Michelle Thomas, estas cifras “son bastante cercanas a la realidad chilena”, de hecho, explica que “casi el 70% de las mujeres no tiene orgasmos, no porque no puedan tenerlos, sino simplemente producto de una mala sexualidad”. La experta considera que los factores que más influyen son la falta de conocimiento que las mujeres tienen de sí mismas, lo que deriva en la dependencia a hombres con pésimas habilidades sexuales.
Angélica Santander (28 años) sostiene: “El peor pastelazo que me ha tocado fue un tipo que duró dos segundos, te juro que dos segundos y el hueón se fue. Después, el tipo se paró para ir a bañarse y me puse a dormir, ¿qué más iba a hacer? ”.
El caso de Angélica refleja la realidad del desconocimiento que las mujeres tienen de su propio cuerpo y del imaginario cultural que asocia el placer a un otro. Sin embargo, estamos insertos en un contexto donde la sexualidad es un tema en boga, que si bien no implica el cuestionamiento a los modelos de vivir las relaciones sexuales fuera del marco hegemónico, sí es la oportunidad de insertar prácticas de resistencia, sobre todo en relación al disfrute del placer por parte de la mujer, al derecho de tocarse y frotar su clítoris, o si lo prefiere a introducirse los dedos.

Autoplacer como acción política y social
“Yo veo el autoplacer como una forma de politización”, dice la sicóloga Laura Leal, y añade que esta práctica está muy reprimida, sobre todo al hacernos creer en la necesidad de un otro para obtener placer, específicamente en el requerimiento de un hombre. Por ejemplo, la mayoría de las mujeres piensa “que en realidad es él quien tiene que llegar y darte un orgasmo, y si no llegó y no lo encontraste, es casi como que jodiste y no lo vas a encontrar nunca más. Creo que es parte de la emancipación, porque es parte de una lucha el darte cuenta de que tú misma puedes darte placer”.
El orgasmo a través de la masturbación que Andrea (23 años) recuerda con más claridad ni siquiera fue mérito de ella. A los 14 años pololeaba con un chico mayor, con más experiencia, ella era virgen. Sin embargo, en el calor del acto ella le permitió que la tocara. “Ahí me di cuenta de lo rico que podía ser sólo tocar. Claro que en el lugar correcto. Fue absurdo que el tipo supiera hacerlo mejor que yo. Entonces me puse en práctica y empecé a conocer mejor mi vagina, aunque siempre teniendo una evidente preferencia por mi clítoris” .
La sexualidad, como proceso relacional entre personas y como representación identitaria de los y las sujetas está condicionada a los imaginarios y prácticas culturales hegemónicas, es decir, las nociones de autoplacer están estrechamente vinculadas a los roles de género que se asignan por sexo biológico. Asumir abiertamente la masturbación femenina rompe una serie de paradigmas, prejuicios y mitos sobre la pureza y lo moralmente bueno o malo.
Bajo este contexto radica la importancia del autoplacer en las mujeres, ya que, según expone Leal, saber cómo masturbarte “hace que lo vivas de otra forma. El saber cómo te gusta, dónde te gusta, cómo ponerte, la posición que más te facilita el orgasmo, y todo esto lo aprendes a partir de ti”.
descarga (1)Leal aconseja como primer paso a la emancipación vaginal, y por ende la libertad sexual es tomar un espejo y mirar, que las mujeres se atrevan a observar, conocer y disfrutar de cada recoveco de su vulva. “Buscar tu lugar, reconocerlo, encontrarlo, sacarse las ideas malas, esto no es solamente algo técnico ¡cuestiónate! ¿es malo mirarme? ¿es malo tocarme ? ¿es malo sentir placer yo con mí misma?”.