EL DUELO

Terapias EFT...Sanación Emocional, Mental y Fisica


El duelo es el doloroso proceso normal de elaboración de una pérdida, es la adaptación y armonización de nuestra situación interna y externa frente a una nueva realidad.
Elaborar el duelo significa ponerse en contacto con el vacío que ha dejado la pérdida de lo que no está, valorar su importancia y soportar el sufrimiento y la frustración que comporta su ausencia.
Convencionalmente podríamos decir que un duelo se ha completado cuando somos capaces de recordar lo perdido sintiendo poco o ningún dolor. Cuando hemos aprendido a vivir sin él, sin ella, sin eso que no está. Cuando hemos dejado de vivir en el pasado y podemos invertir de nuevo toda nuestra energía en nuestra vida presente y en los vivos a nuestro alrededor.
Estas son algunas de las sensaciones corporales que sienten los que están de duelo. Es el llamado duelo del cuerpo.

Náuseas.
Palpitaciones.
Opresión en la garganta.
Dolor en la nuca.
Nudo en el estómago.
Dolor de cabeza.
Pérdida de apetito.
Insomnio.
Fatiga.
Sensación de falta de aire.
Punzadas en el pecho.
Pérdida de fuerza.
Dolor de espalda.
Temblores.
Hipersensibilidad al ruido..Dificultad para tragar.
Oleadas de calor.
Visión borrosa.

Y estas son algunas de las conductas más habituales después de una pérdida importante.

Llorar.
Suspirar.
Buscar y llamar al ser querido que no está.
Querer estar solo, evitar a la gente.
Dormir poco o en exceso.
Distracciones, olvidos, falta de concentración.
Soñar o tener pesadillas.
Falta de interés por el sexo.
No parar de hacer cosas o apatías.

Recomendaciones para recorrer el camino de las lágrimas (y sobrevivir)

1.-Permitirse estar de duelo.
Date el permiso de sentirte mal, necesitado, vulnerable...
Puedes pensar que es mejor no sentir el dolor, o evitarlo con distracciones y ocupaciones pero, de todas maneras, con el tiempo lo más probable es que el dolor salga a la superficie.
Mejor es ahora. Acepta que posiblemente no estés demasiado interesado en tu trabajo ni en lo que pasa con tus amistades durante un tiempo, pero metete en el duelo con todas sus consecuencias. Tu vida será diferente mientras recorres este camino, muy probablemente tendrás que cambiar transitoriamente algunos hábitos, seguramente te sientas vacío...
Te puedes permitir sentir el dolor plenamente porque el permiso es el primer paso de este camino y ningún camino se termina si antes no se comienza a recorrerlo.

2.- Abrir tu corazón al dolor:
Registra y expresa las emociones que surjan, no las reprimas.
No te hagas el fuerte, no te guardes todo para adentro.
Con el tiempo el dolor irá disminuyendo. Si hay algo que opera siempre aliviando el trayecto es justamente encontrar la forma y darse el permiso de sentir y expresar el dolor; la tristeza, la rabia, el miedo por lo perdido. recorrer el camino de punta a punta es condición para cerrar y sanar las heridas. Y este camino se llama el Camino de las Lágrimas. Permitete el llanto.
Te mereces el derecho de llorar cuanto sientas. Posiblemente sufriste un golpe brutal, la vida te sorprendió, los demás no supieron entender, el otro partió dejándote solo. Nada más pertinente que volver a nuestra vieja capacidad de llorar nuestra pena, de sentir nuestro dolor, de moquear nuestra impotencia. No escondas tu dolor. Comparte lo que te está pasando con tu familia y tus amigos de confianza...Llorar es tan exclusivamente humano como reír. El llanto actúa como una válvula liberadora de la enorme tensión interna que produce la pérdida. Podemos hacerlo solos si esa es nuestra elección, o con nuestros compañeros de ruta para compartir su dolor, que no es otro que nuestro mismo dolor. Cuando las penas se comparten su peso se divide. Cuando el alma te duele desde adentro no hay mejor estrategia que llorar.
No te guardes todo por miedo a cansar o molestar. Busca a aquellas personas con las cuales puedes expresarte tal como estás. Nada es más impertinente y perverso que interrumpir tu emoción con tus estúpidos condicionamientos de tu supuesta fortaleza protectora del prójimo.

3.- Recorrer el camino requiere tiempo.
Dicen que el tiempo lo cura todo. Pero cuidado, el tiempo solo quizás no alcance. LO que realmente puede ayudar es lo que cada uno hace con el tiempo.
NO te hagas expectativas mágicas. Estate preparado para las recaídas. Un suceso inesperado, una visita, un aniversario, la Navidad te vuelven al principio, es así.
No puedes llorar hoy lo de mañana, ni seguir llorando lo de ayer Para hoy es tu llanto de hoy, para mañana el de mañana.
¿Estás utilizando este día para aceptar que estás de duelo, para reconocer que lo perdido ha muerto y no lo vas a recuperar?
¿Estás utilizando el día de hoy para sentir tus emociones intensamente y para expresar el dolor que supone esta pérdida?
¿Estás utilizando este día para aprender a vivir sin esa persona querida?
¿Estás utilizando el día para volver a centrarte en ti misma/o?
Vive solamente un día cada día.

4.- Sé amable contigo.
Aunque las emociones que estás viviendo sean muy intensas y displacenteras (y seguramente lo son) es importante no olvidar que son siempre pasajeras...Uno de los momentos más difíciles del duelo suele presentarse después de algunos meses de la pérdida, cuando los demás comienzan a decirte que ya tendrías que haberte recuperado. Sé paciente. No te apures. Jamás te persigas creyendo que ya deberías sentirte mejor. Tus tiempos son tuyos.
Recuerda que el peor enemigo en el duelo es no quererse.

5.- No tengas miedo de volverte loco.
Todos podemos vivir sentimientos intensos de respuesta a la situación de duelo sin que esto te lleve a ningún desequilibrio La tristeza, la rabia, la culpa, la confusión, el abatimiento y hasta la fantasía de morir son reacciones habituales y comunes a la mayoría de las personas después de una pérdida importante o de la muerte de un ser querido.
Necesitas sentir el dolor y todas las emociones que lo acompañan: tristeza, rabia, miedo, culpa...Habrá personas que te dirán: "Tienes que ser fuerte". No les hagas caso.

6.- Aplaza algunas decisiones importantes.
Decisiones como vender la casa, dejar el trabajo o cambiarte a otro lugar son trascendentes, y se deben tomar en momentos de suma claridad; dado que un cierto grado de confusión es inevitable en el recorrido de este camino, sería preferible dejarlas para más adelante.
Con el mismo razonamiento sobre todo en los primeros tiempo inmediatos a la pérdida no parece conveniente iniciar una nueva pareja, decidir un embarazo, acelerar un casamiento.
Podríamos lamentarlo después.

hay urgencias que no se pueden postergar, pero conviene respetar la norma de no cruzar los puentes antes de llegar a ellos.

7.- No descuides tu salud.
Muchos de los que recorren el camino están tan ocupados en su proceso interno, están tan atentos a su sentir penoso que no prestan atención a su propio cuerpo. Pasados los primeros días puede resultar muy útil que decidas por unas semanas imponerte un horario para levantarte, un horario para las comidas, una hora para acostarte...y lo sigas. Alimentate bien y no abuses del tabaco, del alcohol ni de los medicamentos. De hecho si para ayudarte en estos momentos fuera necesario tomar algún medicamento, deberá ser siempre a criterio de un médico y nunca por los consejos de familiares, amigos y vecinos bien intencionados. De todas maneras es bueno no deambular "buscando" el profesional que acepte recetar los psicofármacos para "no sentir", porque lejos de ayudar puede contribuir a cronificar el duelo.

8.- Agradece las pequeñas cosas.
Es necesario valorar las cosas buenas que seguimos encontrando en nuestra vida en esta situación de catástrofe.
Sobre todo, algunos vínculos que permanecen (familiares, amigos, pareja, terapeutas), aceptadores de mi confusión, de mi dolor, de mis dudas y seguramente de mis momentos más oscuros. Para cada persona lo que hay que agradecer es diferente: seguridad, contención, presencia y hasta silencio.

9.- Anímate a pedir ayuda.
No interrumpas tu conexión con los otros, aunque ellos no estén hoy recorriendo este camino. Necesitas su presencia, su apoyo, su pensamiento, su atención. Dales la oportunidad a tus amigos y seres queridos de estar cerca. Todos lo que te quieren desearán ayudarte, aunque la mayoría no sabe cómo hacerlo.
Algunos tienen miedo de ser entrometidos. Otros creen que te lastiman si te recuerdan tu pérdida. Necesitas que te escuchen, no que te den su opinión de lo que deberías hacer, sentir o decidir. No te quedes esperando su ayuda y mucho menos pretendiendo que adivinen.
Pide lo que necesitas. NO es más sabio ni más evolucionado el que no precisa ayuda, sino el que tiene conciencia y valor para pedirla cuando la necesita.

10.-Procura ser paciente con los demás.
Ignora los intentos de algunas personas de decirte cómo tienes que sentirte y por cuánto tiempo, no todos comprenden lo que estás viviendo. Amorosamente intentarán que olvides tu dolor, lo hacen con buenas intenciones, para no verte triste, tenles paciencia pero no te ocupes de complacerlos. Más bien apartate un poco gentilmente y busca a quienes puedan permitirte "estar mal" o desahogarte sin miedo cuando lo sientas así. De todas maneras quizás sea mejor que durante un tiempo prestes más atención a la intensión de quienes te rodean que a lo que dicen en palabras. A veces los que uno pensaba que serían los mejores compañeros de ruta no pueden compartir tu momento.
Soportan tan mal el dolor ajeno que interrumpen tu proceso y retrasan tu paso hacia el final del camino. De todas maneras, una vez más, no te enojes con ellos por eso.

11.- Mucho descanso, algo de disfrute y una pizca de diversión.
Date permiso para sentirte bien, reír con los amigos, hacer bromas. Es tu derecho y además será de gran ayuda que busques, sin forzar tu propio ritmo, momentos para disfrutar.
Recuerda que hasta el ser querido que no está querría lo mejor para ti.
Los malos momentos vienen por sí solos, pero es voluntaria la construcción de buenos momentos. Empieza por saber con certeza que hay una vida después de una pérdida, presta atención a las señales y oportunidades a tu alrededor. No las uses si no tienes ganas, pero no dejes de registrarlas.

12.- Confia en tus recursos para salir adelante.
Acuerdate de cómo resolviste anteriores situaciones difíciles de tu vida.
Si quieres sanar tu herida, si no quieres cargar tu mochila con el peso muerto de lo perdido, no basta con esperar a que todo se pase o con seguir viviendo como si nada hubiera pasado.
Necesitas dar algunos pasos difíciles para recuperarte
. NO existen atajos en el camino de las lágrimas.
Vas a vivir momentos duros y emociones displacenteras intensas
en un momento en el que estás muy vulnerable. NO te exijas demasiado. Respeta tu propio ritmo de curación y créeme cuando digo esto: estás en condiciones de afrontar lo que sigue, porque si estás en el camino, lo peor ya ha pasado.
Confia en ti por encima de todas las dificultades y si lo haces te garantizo que no te defraudarás. El pensamiento positivo te transforma siempre en tu propio entrenador.

13.- Acepta lo irreversible de la pérdida.
Aunque sea la cosa más difícil que has hecho en toda tu vida,
ahora tienes que aceptar esta dura realidad: estás en el camino de las lágrimas y no hay retorno. El camino sólo sigue hacía adelante. Mientras creas en un pequeño lugarcito que el otro volverá, que la situación va a volver a ser la que era, que el muerto va a regresar, nunca terminarás el recorrido.
La muerte siempre llega demasiado tarde o demasiado temprano. Siempre es un mal momento para que la gente se muera.
Hablar de tu pérdida, contar las circunstancias de la muerte, visitar el cementerio o el lugar donde se esparcieron los restos, todo puede ayudar poco a poco a ir aceptando el hecho de la pérdida. De hecho , si existe una remota posibilidad de que la pérdida no sea definitiva, deberás elegir entre seguir esperando y no recorrer el camino o decidir que es definitiva aunque los hechos permitan una tenue esperanza.
De todas maneras no te dañará haber recorrido el camino si lo que diste por perdido aparece, pero puede dañarte mucho seguir esperando lo que nunca sucederá. (Sabemos cuánto más difícil es aceptar la pérdida de un ser querido si nunca pudiste ver el cadáver o nunca se recuperó).
Es una gran tentación quedarse refugiado en la idea de que desde el cielo el otro está y me cuida. No tiene nada de malo la creencia religiosa de cada uno, al contrario, es un excelente aliado, pero cuidado con utilizarla para minimizar su desaparición física. Cuidado con llegar a creer que entonces no necesito hacer el duelo.


14.- Elaborar un duelo no es olvidar.
El proceso de duelo permite buscar para tu ser querido el lugar que merece entre los tesoros de tu corazón.
Es poder pensar en él, y no sentir ya ese latigazo de dolor.
Es recordarlo con ternura y sentir que el tiempo que compartiste con él o con ella fue un gran regalo.
Y esto es cierto para todas las pérdidas. La elaboración permite darle un sentido a todo lo que has vivido hasta aquí con lo ausente.
Es entender con el corazón en la mano que el amor no se acaba con la muerte.


15.- Aprende a vivir de "nuevo"..Hacer el duelo significa también aprender a vivir sin algo, sin alguien, de otra forma.
Es aprender a tomar nuevas decisiones por ti mismo, aprender a desempeñar tareas que antes hacía otro, aprender nuevas formas de relación con la familia y los amigos, aprender a vivir con algo menos. A veces este aprendizaje no incluye a otros, el duelo es aprender a vivir sin esa capacidad que he perdido. La experiencia es muchas veces un maestro muy cruel.

16.- Centrate en la vida y en los vivos.
Llega un momento en que sabes que es necesario soltar el pasado. La vida te espera llena de nuevas posibilidades.
No hay nada malo en querer disfrutar, en querer ser feliz, en querer establecer nuevas relaciones... En el caso de la pérdida de una pareja, no hay motivo para avergonzarse si aparece de nuevo el deseo sexual. En realidad, el corazón herido cicatriza abriéndose a los demás. El duelo es establecer que lo muerto queda afuera pero mi vida continúa.
Una adolescente escribió a su madre después de perder a su padre: "Existen otras personas a las que amar, y eso no significa que quiero menos a mi papá".

17.- Define tu postura frente a la muerte.
La idea de "qué significa morirse" es tan teórica que vivencialmente puede ser diferente para cada uno. Lo que
importa no es coincidir en una posición respecto a la muerte sino establecer que es una de las cosas que cada uno debe tener definidas. Hay muchos temas que pueden estar sin resolver, pero hay cuatro o cinco que es necesario tener "acomodados":

* la identidad sexual.
* la posición filosófica.
* la relación con los padres.
* el proyecto de vida.
* y la postura frente a la muerte.

¿Qué sucede después de la muerte?
¿Cómo lo van a saber si nadie lo sabe?
No importa cuál sea tu postura, les puedo asegurar que después de la muerte va a pasar lo que ustedes creen que va a pasar.
En el fondo lo mismo da..Si ustedes creen que se van a reencarnar, está bien; si creen que se van al cielo o al infierno, está bien; si ustedes creen que no hay nada más, está bien. Lo que sea que crean, está bien.
Pero tienen que tener una posición tomada.
Le preguntaron a Woody Allen, una vez, si él creía que había vida después de la muerte. Allen contestó que no sabía, que estaba muy ocupado tratando de saber si podía vivir un poco antes de morir.

18.- Vuelve a tu fe.
Algunas cosas simplemente no son para ser manejadas por uno solo. Incluso toda la ayuda que puedes tener puede no proporcionar la comodidad que realmente se necesita para sostener lo que sucedió.
Muchas personas encuentran que llevar estos problemas a Dios es una manera tranquilizadora de aligerar la carga que hace que el corazón les pese. Es el momento de aprender a no pedir que las cosas se resuelvan de la manera que quisiéramos que resultaran, sino pedir en su lugar que Dios nos ayude a aceptar los cambios y nos ayude a ver las opciones.

19.- Busca las puertas abiertas.
Estamos a veces tan cegados por nuestra propia cólera, dolor o desgano que no vemos las "nuevas puertas" que se abren.
Todos hemos oído la frase "Cuando una puerta se cierra, otra se nos abre". Creo que es verdad; pero sucede que a veces no estamos dispuestos a dar vuelta al picaporte.
Es fácil pensar ""¿Qué de bueno podría venir de esta pérdida?" y sin embargo cada día oímos historia de gente que ha superado batallas físicas, mentales y emocionales para alcanzar contra todas las probabilidades objetivos impensados. Puedes leer sobre algunos "milagros médicos" y vas a tener una buena idea de lo que hablo. Te recomiendo que leas la vida de Helen Keller y no vas a tener ninguna duda.

20.-Cuando tengas una buena parte del camino ya recorrida hablales a otros sobre tu experiencia.
No minimices la pérdida, ni menosprecies tu camino. Contar lo que aprendiste en tu experiencia es la mejor ayuda para sanar a otros haciéndoles más fácil su propio recorrido, e increíblemente facilita tu propio rumbo.

" Lo que una vez disfrutamos, nunca lo perdemos. Todo lo que amamos profundamente se convierte en parte de nosotros mismos”
Hellen Keller

un abrazo y mucha luz
Paola

EL CAMINO DEL DOLOR, DE LAS LÁGRIMAS

Terapias EFT...Sanación Emocional, Mental y Fisica


Así empieza el camino de las lágrimas. Así, conectándonos con lo doloroso. Porque así es como se entra en este sendero, con este peso, con esta carga. Y también con esta creencia irremediable: la supuesta conciencia de que no lo voy a soportar. Porque todos pensamos al comenzar este tramo que es insoportable. No es culpa nuestra; hemos sido entrenados por los más influyentes de nuestros educadores para creer que no soportaremos el dolor, que nadie puede superar la muerte de un ser querido, que podríamos morir si la persona amada nos deja, que la tristeza es nefasta y destructiva, que no somos capaces de aguantar ni siquiera un momento de sufrimiento extremo de una pérdida importante.

Y nosotros vivimos así, condicionando nuestra vida con estos pensamientos, que como la mayoría de las creencias aprendidas son una compañía peligrosa y actúan como grandes enemigos que nos empujan a veces a costo mayores que los que supuestamente evitan. En el caso de las pérdidas, por ej, pueden extraviarnos de la ruta hacia nuestra liberación definitiva de lo que ya no está.

Hay una historia verídica, que sucedió en África. Seis mineros trabajaban en un túnel muy profundo. De repente un derrumbe los dejó aislados del afuera sellando la salida. En silencio cada uno miró a los demás. Con su experiencia se dieron cuenta de que el problema sería el oxígeno. Si hacían todo bien les quedaba unas tres horas de aire, cuanto mucho tres horas y media. Mucha gente de afuera sabían que estaban allí atrapados, pero un derrumbe como ese significaba horadar otra vez la mina, podrían hacerlo antes de que se termine el aire? Los mineros decidieron que debían ahorrar todo el oxígeno que pudieran. Acordaron hacer el menor esfuerzo físico, apagaron las lámparas que llevaban y se tendieron en silencio en el piso....era difícil calcular el tiempo que pasaba... incidental- mente uno tenía reloj. Hacía él iban todas las preguntas ¿cuánto tiempo pasó? ¿Cuánto falta? ¿Y ahora? El tiempo se estiraba, cada minuto parecía una hora y la desesperación agravaba más la tensión. El jefe se dio cuenta que si seguían así, la ansiedad los haría respirar más rápidamente y esto los podía matar. ordenó a el que tenía el reloj que sólo él controlara el paso del tiempo y avisara cada media hora. Cumpliendo la orden, a la primera media hora dijo "ha pasado media hora" Hubo un murmullo entre ellos y una angustia que se sentía en el aire.. El hombre del reloj se dio cuenta de que a medida que pasaba el tiempo, iba a ser cada vez más terrible comunicarles que el minuto final se acercaba.

Sin consultar a nadie decidió que ellos no merecían morir sufriendo. Así que la próxima vez que les informó la media hora habían pasado 45 minutos. No había manera de notar la diferencia. Apoyado en el éxito del engaño de la tercera información la dio casi una hora después... así siguió el del reloj, cada hora completa les informaba que había pasado media hora. ...La cuadrilla apuraba la tarea de rescate, sabían en qué cámara estaban atrapados y que sería difícil poder llegar antes de cuatro horas. Llegaron a las cuatro horas y media. Lo más probable era encontrar a los seis mineros muertos.

Encontraron vivos a cinco de ellos. Solamente uno había muerto de asfixia...el que tenía el reloj. Esta es la fuerza que tienen las creencias en nuestras vidas. Esto es lo que nuestros condicionamientos pueden llegar a hacer de nosotros. Cada vez que construyamos una certeza de que un hecho irremediablemente siniestro va a pasar, no sabiendo cómo (o sabiéndolo)nos ocuparemos de producir, de buscar, de disparar (o como mínimo de no impedir) que algo de lo terrible y previsto nos pase realmente. De paso y como en el cuento, el mecanismo funciona también al revés: Cuando creemos y confiamos en que se puede seguir adelante, nuestras posibilidades de avanzar se multiplican. Claro que si la cuadrilla hubiera tardado doce horas, no habría habido pensamiento que salvara a los mineros.

NO digo que la actitud positiva por sí misma sea capaz de conjurar la fatalidad o de evitar tragedias. Digo que las creencias autodestructivas indudablemente condicionan la manera en la cual enfrento las dificultades. El cuento de los mineros debería obligarnos a pensar en estos condicionamientos. Y empiezo desde aquí porque uno de los falsos mitos culturales que aprendimos con nuestra educación es que no estamos preparados para el dolor ni para la pérdida.


Repetimos casi sin pensarlo: "No hubiera podido seguir si lo perdía" "No puedo seguir si no tengo esto" "No podría seguir si no consigo lo otro" Cuando hablo de dependencias, digo siempre que cuando tenía algunas horas o días de vida, era claro, aunque yo no lo supiera todavía, que no podía sobrevivir sin mi mamá o por lo menos sin alguien que me diera cuidados maternales; mi mamá era entonces imprescindible para mí porque yo no podía vivir sin su existencia. Después de los tres meses de vida seguramente me hice más consciente de esa necesidad pero descubrí además a mi papá y empecé a darme cuenta de que verdaderamente no podía vivir sin ellos. Algún tiempo después ya no eran mi mamá y mi papá, era mi familia, que incluía a hermanos, algunos tíos y mis abuelos. Yo los amaba profundamente y sentía, acuerdo que no podía vivir sin ellos.

Más tarde apareció la escuela , los profesores,amigas/os, también las parejas , el matrimonio,
de quién pensé en aquel momento que nunca, nunca, podría separarme. Luego vino
el trabajo, la seguridad económica y luego, más personas, situaciones y hechos sin los cuales no podía vivir.

Hasta que un día, me di cuenta que no podía vivir sin mí. Yo nunca me había dado cuenta de esto, nunca noté que yo era imprescindible para mí misma. ¿Estúpido, verdad? Todo el tiempo sabía yo sin quién no podría vivir y nunca me había dado cuenta, que sobre todo, no podía vivir sin mí. Fue interesante de todas formas confirmar que sería verdaderamente difícil vivir sin algunas de esas otras cosas y personas, pero esto no cambiaba el nuevo darme cuenta "Me sería imposible vivir sin mí." Entonces empecé a pensar que algunas de las cosas que había conseguido y algunas de las personas sin las cuales creía que no podía vivir, quizás un día no estuvieran.

Las personas podían decidir irse, no necesariamente morirse, simplemente no estar en mi vida. Las cosas podían cambiar y las situaciones podían volverse totalmente opuestas a como yo las había conocido. Y empecé a saber que debía aprender a prepararme para pasar por estas pérdidas. Por supuesto que no es igual que alguien se vaya a que ese alguien se muera. Cómo no es lo mismo cambiarse de una casa peor a una casa mejor, que al revés. Claro que no es lo mismo cambiar un auto todo malo por un auto nuevo, que a la inversa. Es obvio que la vivencia de pérdida no es la misma en ninguno de estos ejemplos, pero quiero decir desde el comienzo que siempre hay un dolor en una pérdida. Perder es dejar algo "que era", para entrar en otro lugar donde hay otra cosa "que es". Y esto "que es" no es lo mismo "que era" Y este cambio, sea interno o externo, conlleva un proceso de elaboración de lo diferente, una adaptación a lo nuevo, aunque sea para mejor. Este proceso se conoce con el nombre de "elaboración del duelo".

Como su nombre lo indica, los duelos...duelen. Y no se puede evitar que duelan. Quiero decir, el hecho concreto de pensar que voy hacía algo mejor que aquello que dejé es muchas veces un excelente premio de consuelo, que de alguna manera compensa con la alegría de esto que vivo el dolor que causa lo perdido.

El mapa no es el territorio. Hay que aprender a recorrer este camino, que es el camino de las pérdidas, hay que aprender a sanar estas heridas que se producen cuando algo cambia, cuando el otro parte, cuando la situación se acaba, cuando ya no tengo aquello que tenía o creía que tenía o cuando me doy cuenta de que nunca lo tendré lo que esperaba tener algún día (y ni siquiera es importante si verdaderamente lo tuve o no). Este sendero tiene sus reglas, tiene sus pautas. Este camino tiene sus mapas y conocerlos ayudará seguramente a llegar más entero al final del recorrido.

En Programación Neurolingüistica decimos que todos construimos una especie de esquema del mundo en el que habitamos, un "mapa" del territorio y en él, vivimos. Pero el mapa, NO es el territorio. El mapa es apenas nuestro mapa. Es la idea que nosotros tenemos de cómo es la realidad, aunque muchas veces esté teñida por nuestros prejuicios. Aunque no se corresponda exactamente con los hechos, es en ESE mapa donde vivimos. No vivimos en la realidad sino en nuestra imagen de ella. Si en mi mapa tengo registrado que aquí en mi cuarto hay un árbol, aunque no lo haya, aunque nunca haya existido, aunque el árbol no esté en el de Uds. y todos pasen por este lugar sin miedos ni registro alguno, yo voy a vivir esquivando este árbol por el resto de mi vida. Y cuando me vean esquivar el tronco Uds. me van a decir: -¿Qué haces, estás loca? Y yo voy a pensar "los locos son ustedes".


Pérdidas ,nos acompañan toda una vida, pérdidas necesarias, pérdidas que aparecerán cuando nos enfrentemos no sólo con la muerte de alguien querido, no sólo con un revés material, no sólo con las partes de nosotros mismos que desaparecieron, sino con hechos ineludibles como... que nuestra madre va a dejarnos y nosotros vamos a dejarla a ella; que el amor de nuestros padres nunca será exclusivamente para nosotros; que aquello que nos hiere no siempre puede ser remediado con besos; que, esencialmente, estamos aquí solos; que tendremos que aceptar el amor mezclado con el odio y lo bueno con lo malo; que algunas de nuestras elecciones están limitadas por nuestra anatomía; que existen defectos y conflictos en todas las relaciones humanas; que nuestra condición en este mundo es implacablemente pasajera; que no importa cuán listos seamos, a veces nos toca perder; y que somos tremendamente incapaces de ofrecer a nuestros seres queridos o a nosotros mismos la protección necesaria contra el peligro, contra el dolor, contra el tiempo perdido, contra la vejez y contra la muerte.

Estas pérdidas forman parte de nuestra vida, son constantes universales e insoslayables. Y son pérdidas necesarias porque crecemos a través de ellas. De hecho, somos quienes somos gracias a todo lo perdido y a cómo nos hemos conducido frente a estas pérdidas.

un abrazo y mucha luz
Paola






DEJANDO ATRÁS EL ROL DE VICTIMA

Terapias EFT...Sanación Emocional, Mental y Fisica

Cuando surge la duda, cuando no veo lo que hay en el camino frente a mi, cuando he decidido arriesgarme a dejar atrás los pensamientos tóxicos, enfrentándolos y liberándolos, recibiendo su sabio mensaje... el tiempo pasa... los días pasan ... y en mi realidad física, en esta dimensión que me ha dado siempre seguridad... la realidad de antes y la que ahora quiero que sea otra o que he confirmado que NO ES REAL, aparece como siempre... parece que nada ha cambiado.


He llegado al límite, no hay marcha atrás y es momento de dejarme ir al vacío, es momento de hacer el duelo por la víctima que siempre me ha acompañado, que me ha hecho sentir débil, que algo me falta, que los demás no me valoran, que por mucho que me esfuerzo no consigo lo que quiero, en el momento que lo quiero y como lo quiero... otra vez? NO... ya no más!!!


Adiós víctima, te dejo ir, me duele dejarte aunque no lo creas, me siento perdida si no estás conmigo, han sido tantos años! dejarte ir provoca un vacío en mí.


Ese vacío es necesario, ese espacio está listo para darle la bienvenida a una vida nueva.


Que hago? Cómo hago? ... si he decidido cambiar, pues lo primero es hacer cosas diferentes.



Decido entonces actuar desde la fe, no desde el miedo....qué me dice mi cuerpo? ... no lo puedo creer!
mi cuerpo está sereno, confiado, tranquilo! ... cómo puede ante esta crisis? ... ah! ahora entiendo... estoy viendo con los lentes de mi pasado... pero si ya decidí no creer ...


Ahora soy consciente, he decidido fluir en la abundancia y la prosperidad... no podré hacerlo si me enfoco en la carencia y la limitación...


Mi decisión no es negociable, es así , en todo momento.


Mi voluntad me fortalece y me ayuda a enfocarme en aquello que ahora he decidido creer.


Mi imaginación me ayuda a crear imagenes mentales de mi deseo... y fortalece la implantación en mi mente de los nuevos patrones mentales.


Y el gozo de cada instante me empodera, mi cuerpo es sabio... mi mente me ha llevado a los mismos caminos... ahora abro la puerta a otra dimensión, una desconocida, que implica asumir riesgos, pero que me invita a la autenticidad y el disfrute de lo simple.


Adiós víctima querida, gracias por protegerme, pero ya no necesito protección ni escondite... ahora sé quien soy y me quito tu manto... me abro a la vida!!!

un abrazo y mucha luz,

Paola